Por
periodo histórico entendemos aquel para el que las fuentes clásicas nos
han transmitido información sobre Carpetania y los carpetanos.
La
presencia cartaginesa en la península ibérica proporciona la primera
ocasión en que los carpetanos aparecen en los textos históricos que nos
transmite Polibio y Tito Livio describiéndolos el primero como “...quizá
el pueblo más poderoso de aquellos lugares”.
El objetivo de estos ataques fue múltiple: proporcionarse suministros y
soldados así como asegurar la retaguardia de su principal territorio
antes de su expedición a Italia.
Durante la Segunda Guerra
Púnica los carpetanos continuaron con su hostilidad frente a los
cartagineses, la cual mantuvieron constante. Otros pueblos peninsulares
como celtíberos, íberos o lusitanos lucharon a favor o en contra de
romanos y cartagineses según las circunstancias.
El derrumbe
cartaginés en el 206 a. C. dejó un aparente vacío de poder en el
interior peninsular que las tribus más poderosas trataron de ocupar. Por
su situación de vecindad, los carpetanos fueron objetivo de las
tendencias expansivas de celtíberos y lusitanos, lo que unido al
historial de común enemistad contra los cartagineses, hace probable que
parte de su población no viera con malos ojos la presencia romana en su
territorio.
Durante las guerras lusitanas (155-146 a. C.) la
Carpetania, por la fertilidad de su terreno y su naturaleza de fiel
aliado de los romanos, fue objeto de varias razias por parte de Viriato.
Algún autor ha estimado que Viriato intentó encontrar aliados en el
área carpetana aunque fuese a la fuerza, pero de la información que nos
transmiten las fuentes clásicas se puede concluir que ninguna población
de Carpetania se unió a Viriato ni el caudillo lusitano pudo reclutar
hombres en este territorio; antes bien, parece que los carpetanos se
alinearon voluntariamente con los romanos permitiendo la instalación en
su territorio de cuarteles de invierno en el 135 a. C., probablemente
agradecidos por el apoyo romano frente a las correrías de vacceos y
lusitanos.
Tras la muerte de Viriato y la toma de Numancia en
el 133 a. C., un periodo de paz se abrió en el territorio carpetano
hasta que el inicio de las Guerras Sertorianas, seis décadas más tarde,
devolvió la inestabilidad a la zona.
Durante los ocho años de esta
guerra civil romana, la Carpetania se mantuvo del lado optimate al
contrario que sus vecinos celtíberos que se inclinaron por el partido
sertoriano; transmitiéndonos las fuentes clásicas únicamente ataques de
las tropas sertorianas contra poblaciones carpetanas. Estos años
tuvieron que ser una época convulsa ya que son varios los “tesorillos”
ocultos que la arqueología ha encontrado en la zona.
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